Existen frecuentes confusiones respecto al amor. En ocasiones, supuestamente se profesa amor hacia la otra persona, pero en realidad se trata del disfraz de un amor a sí mismo. Es un amor que responde a la frase: “Te amo porque te necesito”, y no a la inversa: “Te necesito porque te amo”.
El Rabí Abraham Twerski narró una anécdota que explica esta confusión: “El rabino Kotzk se encontró a un joven que evidentemente estaba disfrutando un plato de pescado. Y le dijo: “Joven, ¿por qué te estás comiendo ese pescado?” El joven respondió: “¡Porque me encanta el pescado!”. El rabino le dijo: “¿Amas el pescado y por eso lo sacaste del agua, lo mataste y lo cocinaste?… No me digas que te gusta el pescado. Tú te amas a ti mismo, y por eso el pescado te sabe bien a ti, lo sacaste del agua, lo mataste y lo cocinaste”.
“Mucho de lo que es amor, es amor como en el caso del pescado. Una pareja joven se enamora. Un joven y una joven se enamoran ¿Qué significa?
“Significa que él vio en esta mujer a alguien que cree que puede satisfacer sus necesidades físicas y emocionales. Y ella pensó que este hombre, es alguien que puede… “Eso era amor”.
Pero cada uno mira sus propias necesidades. No es el amor al prójimo. La otra persona se convierte en vehículo para mi satisfacción.
“Mucho de lo que se llama ‘amor’ es amor como en el caso del pescado… Las personas cometen un gran error al pensar que le das a aquellos a quienes amas”. Y la respuesta real es: “Amas a aquellos a quienes les das”, explicó.
¿Profeso un verdadero amor? ¿Me centro solamente en mí mismo? ¿Amo porque necesito? ¿Busco prioritariamente mi propia satisfacción?
Si aún no esta subscrito a nuestro canal de YouTube lo invitamos a que se subscriba https://www.youtube.com/c/IsraelTB
Fuente: Noroeste