“Este tour lo tenía pendiente, una de las cosas que más me importaba hacer aquí para agradecer por tanto, no podía irme de Israel sin hacerlo“, escribió Nadia en su cuenta de Instagram, junto a varias fotografías tomadas en la ciudad vieja de la capital. Durante el recorrido “conocimos donde falleció Jesús y resucitó al tercer día, el Santo Sepulcro”, también “el Muro de los lamentos, realizamos la vía Crucis y también donde tuvo lugar la última cena con sus discípulos”, añadió la reina sudamericana, de 22 años. Miss Paraguay Jerusalén Foto de instagram nadiatferreira “Esto es Tierra Santa, una energía espiritual increíble, me siento tan agradecida de tener la oportunidad de poder vivir estos momentos inigualables al lado de mi familia”, completó Nadia, a quien se ve en las fotos junto a su madre, Ludy, y a su hermana Eli. “Estoy tan feliz y agradecida”, publicó en su cuenta de Instagram Nadia Ferreira, la paraguaya virreina del certamen Miss Universo 2021, ya alejada de los reclamos que continúan haciendo miles de seguidores, luego de la coronación de miss India, Harnaaz Sandhu (21), como ganadora del evento de belleza. La reconocida competencia de belleza tuvo como sede a Israel, más específicamente la ciudad ubicada en el extremo sur de Israel, entre el mar Rojo, el desierto del Néguev y el desierto del Sinaí. Nadia fue compartiendo imágenes, jornada tras jornada, de todo su paso por la previa del evento principal y junto a las demás participantes de al menos 80 países se presentaron en icónicos lugares como las ciudades del norte Haifa y Acre; la capital del país, Jerusalén, en el centro, o Tel Aviv, en la costa del mar Mediterráneo. La bíblica Acre Acre, una de las ciudades más antiguas de todo Israel, fue establecida hace aproximadamente 4.000 años, incluso antes que la capital Jerusalén, fundada por el rey David siglos antes de la llegada del cristianismo. En el 2010, la ciudad antigua y amurallada de Acre fue reconocida como patrimonio mundial. Hoy recibe a miles de turistas que visitan los coloridos bazares de esta ciudad puerto, participan de los festivales de música, teatro y danza. Haifa, bastión cultural Nadia visitó Haifa, a unos kilómetros al sur de Acre y es una de las pocas ciudades de la región que no es mencionada en la Biblia. Es la cuna de la fe Baha’i, que enfatiza la unidad de Dios y la hermandad de los seres humanos. . El monte Carmel Esta ciudad es quizás la más importante en cuanto a diversidad cultural y también espiritual. El monte Carmel, que domina la ciudad, fue lugar para que grupos de seres humanos prehistóricos se asentaran allí, así como los monasterios carmelitas. El recorrido de Nadia Ferreira y las demás participantes las llevó a Eilat, sede del evento, el paradisiaco sitio a orillas del Mar Rojo y sus arrecifes de corales, por un lado, pero el abrumador y extenso desierto del Neguev, por el otro, por cuyas arenas se la pudo ver recorriendo a Nadia, incluso publicó fotos cuando visitaron Mitzpe Ramon, “El guardián del abismo”, un pueblo ubicado en pleno desierto, al borde del cráter más grande del mundo, que no es un cañón formado por erosiones ni por la caída de un meteorito. El cráter Ramón es una caprichosa formación geológica de las que solo existen siete similares en el mundo y asta es la más grande de todas: 40 kilómetros de largo, 8 kilómetros de ancho y 300 metros de profundidad. El lugar fue recorrido por Nadia Ferreira en vehículos todoterreno. El encanto de Jerusalén Por supuesto Jerusalén era una parada obligada y la espiritualidad de nuestra miss se puso de manifiesto no solo con sus fotos y vídeos del lugar, sino con las expresiones. Junto a sus seres queridos, Nadia se mostró ante el Muro de los Lamentos, el lugar más sagrado del judaísmo, y recorrió los lugares santos del cristianismo Es muy difícil resistir al encanto y la energía que se desprende en la capital israelí, que con sus 3 mil años de historia atesora quién sabe cuántos secretos de la humanidad y todo eso lo carga sobre los hombros del visitante, que lo único que piensa es regresar lo antes posible. Por algo un viejo adagio que recorre la ciudad dice: “A Jerusalén nadie va, todos regresan”, dando a entender que forma parte de nuestros orígenes más remotos. Con información de la Nación