4 razones personales por las que estoy agradecida a Israel
por Sara Debbie Gutfreund
Nunca olvidaré el momento en que me enamoré de Israel.
El verano antes de entrar a la universidad viajé a Israel con un tour de deportes extremos. Nunca antes había hecho rappel, y ese día llegamos al borde de un gran acantilado.
“Muy bien, jevre (amigos). ¡Iala (adelante)!”, nos gritó nuestro guía israelí después de haber dedicado cinco segundos a acomodar una serie de cuerdas. “¿Quién es el primero?”.
Yo me acerqué al borde del acantilado y miré hacia abajo. Se trataba de cientos de kilómetros de agudas rocas desérticas. Ni siquiera podía llegar a ver el fondo. ¿Acaso estaba loco? No era posible que esperara que bajáramos por allí. No había manera de hacerlo. El rostro del resto del grupo mostraba una expresión similar a la mía.
Le pregunté al guía: “¿Hay otro camino para bajar?”
“No jabibi, sólo este. Iala”. Y me indicó que me pusiera el arnés de cuerda que había hecho.
Sacudí la cabeza en señal de negación.
“¡Iala! ¡Adelante! Ze beseder”. Entré en las cuerdas y esperé sus instrucciones.
“Date vuelta y adelante”, me dijo, indicando que debía ir con mi espalda hacia el acantilado.
Al pararme en el borde de ese acantilado pensé: voy a morir.
“¡Adelante!”, gritó y de repente me encontré descendiendo por el acantilado, con mis pies apoyados en las rocas que sobresalían. Cuando giré la cabeza vi miles de bellas montañas y valles y un cielo color azul profundo. Fue en ese momento, colgada en un acantilado en medio del Golán, cuando me enamoré por primera vez de Israel.
Desde entonces fui bendecida con la posibilidad de vivir y criar a mis hijos allí durante muchos años. A pesar de que ahora vivimos en los Estados Unidos, mi corazón permanece en nuestra patria y cada día me siento agradecida por los regalos que Israel me ha dado. Esto es por lo que le estoy agradecida a Israel:
Israel: gracias por tu belleza y por tu sabiduría. Por tus acantilados y tus cielos azules profundos. Y, sobre todo, gracias por enseñarme hace tantos años a entrar en mi vida en vez de quedarme esperando en el borde.
Aish Latino