Los sacrificios que no acepta el Dios de Israel
NO a la hipocresía
Yosef Bitton –
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נפש כי תחטא ומעלה מעל בה’ וכחש בעמיתו בפקדון או בתשומת יד או בגזל או עשק את עמיתו
והיה כי יחטא ואשם והשיב את הגזלה אשר גזל או את העשק אשר עשק או את
הפקדון אשר הפקד אתו או את האבדה אשר מצא
ויקרא ה’ 22-25
La Parashá de la semana pasada y la de esta semana describen a los qorbanot. Los qorbanot eran los sacrificios que se ofrecían en el Bet HaMiqdash, y que tenían varias funciones. Algunos eran parte del servicio diario en el Templo de Jerusalem. Otros se ofrecían durante las festividades, y algunos qorbanot eran ofrendas individuales, para agradecer a Di-s o también como expiación de alguna transgresión cometida. Veamos un ejemplo de esta última categoría.
En nuestra Parashá TSAV se describe el asham guezelot, un sacrifico que se traía cuando alguien robaba y luego, se arrepentía y confesaba su falta. El sacrificio era en este caso, el último paso de su expiación, la forma en la que su falta quedaba finalmente cancelada.
Hay dos puntos muy importantes sobre este qorbán que nos enseñan acerca de la altura moral del pueblo judío y de nuestra Torá.
En primer lugar, la Torá describe las diferentes forma de “robo”: Ademas de mencionar el robo o hurto directo, la Torá menciona, por ejemplo, el caso de alguien que encuentra algo que no le pertenece. Hay objetos que no se puede identificar a quién pertenecen. Si uno por ejemplo encuentra una moneda o un billete en la calle, no hay forma de saber de quién es. Los billetes no tiene nombres o direcciones o signos identificatorios que puedan ser usados para encontrar a su dueño. Pero hay objetos que uno sí puede identificar a quién pertenece: por ejemplo una billetera. Si encuentro una billetera, un celular o cualquier objeto identificable, y en lugar de procurar encontrar y devolverlo a su dueño me lo quedo para mí, se considera “robo”.
La Torá trae otro ejemplo: “osheq”, oprimir a otra persona económicamente. Hay un caso muy específico que la Guemará reporta como el ejemplo más común de este tipo de opresión . La Guemará lo describe con las palabras hebreas “LEJ VASHOB, LEJ VASHOB”, que significa, “vete (ahora) y regresa (mañana)”. Esto ocurre por ejemplo, cuando yo le debo dinero a una persona, esa persona viene a cobrar su dinero y yo , aunque tengo el dinero para pagarle, le digo: “vete y regresa otro día” . Este acto (que creo que en Argentina lo llaman “bicicletear”) también requería un sacrificio expiatorio de la categoría “robo”, ya que me quedé con un dinero que no me pertenece, aunque sea temporariamente, y le “robe” tiempo a mi acreedor.
La Torá también aclara que el qorbán o sacrificio debía ser ofrecido solamente “después” de haber restituido lo que se robó. De esta manera la Torá afirma que el qorbán, un acto religioso, no puede reemplazar la restitución, un acto de justicia. Tal como ocurre en Yom Kippur, no puedo pretender que Di-s perdone mis faltas hacia el prójimo a menos que yo primero obtenga el perdón del prójimo. En este caso, primero debo saldar las cuentas con la víctima de mi delito y recién después tengo derecho a buscar mi expiación religiosa .
El Midrash Tanjumá dice que esta idea está formulada de manera explícita en las palabras de David haMélej, en Tehilim, Salmo 24. Allí, el rey de Israel se pregunta: מי יעלה בהר ה’ ¿Quién merece subir al monte de HaShem, y pararse en el lugar de Su santuario? Y la respuesta inmediata es נקי כפיים “Aquel cuyas manos están limpias” de robo o hurto, agrega el Midrash (Tanjumá, Parashá 1).
El Di-s de Israel no acepta los sacrificios que vienen de los corruptos. El sacrifico no es un soborno a HaShem. Es inaceptable y ofensivo que alguien traiga un sacrificio a Di-s y pretenda el perdón Divino sin que antes obtenga el perdón humano y haya pagado por lo que robó.
Nuestra Parashá, Tehilim y el Midrash apuntan a un mismo mensaje: “NO” a la hipocresía religiosa, que no era poco común en otros pueblos y religiones.
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