Perlas del alma: ¿Por qué sigo amando a Israel?
Entonces fui testigo de un suceso de gran importancia en el cielo. Vi a una mujer vestida del sol, con la luna debajo de los pies y una corona de doce estrellas sobre la cabeza. Estaba embarazada y gritaba a causa de los dolores de parto y de la agonía de dar a luz. Apocalipsis 12:1,2 (NTV)
Israel: ¡Feliz cumpleaños! Hoy hace exactamente 72 años -14 de mayo de 1948-nace el moderno Estado de Israel. Si usted es un amante de la historia ya habrá descubierto que Israel, es un milagro en la Biblia y fuera de ella. ¿Quién la sostiene desde la antigüedad? ¿Qué papel tiene en el devenir histórico de la humanidad? En muchas de sus respuestas, tendrá que ver si usted cree o no cree en DIOS. Por mi parte, yo sigo amando a Israel.
¿Por qué sigo amando a Israel? Israel es el GPS de DIOS en el campo escatológico para guiarnos en estos últimos tiempos. En efecto, DIOS está obrando, delante de todos nosotros, reuniendo a su pueblo antes esparcido por todo el mundo para cumplir su Palabra profética. ¡Israel tendrá un final glorioso hacia el final de la historia!:
“En aquel día yo convertiré a
Jerusalén en una roca inamovible.”
(Zacarías 12:3 NTV).
¿Por qué sigo amando a Israel? Tal como lo indica la profesía. Jerusalén hoy y en futuro muy próximo, ¡son inamovibles! Son muy pesados de mover a pesar de estar rodeados de enemigos que quieren “borrarlos del mapa”. Sin embargo, no podrán. Como lo afirma, el doctor ED Dobson, gran especialista en las profecías bíblicas: “La existencia del Estado de Israel junta la profecía bíblica con la historia moderna, como no se había visto desde los tiempos del Nuevo Testamento. La reunión de los judíos en Israel y su existencia como nación ” (The End, Zondervan Publishin House, 1997, p.44). ¡He sido testigo del cumplimiento de estas profecías y por eso, amo a Israel! He visto y seguido la lucha de Israel conscientemente desde 1967, ¡El triunfo de Israel es mi triunfo! He visto el asombroso cumplimiento de la profecía del profeta, cuando anunció:
“Los plantaré firmemente allí en su propia tierra. Nunca más serán desarraigados de la tierra que yo les di”, dice el SEÑOR tu Dios.”
(Amós 9:15 NTV). En efecto, como lo dijo Zacarías 12:3
“Todas las naciones se reunirán en contra de ella para tratar de moverla, pero sólo se herirán a sí mismas.” ¡Y por lo tanto, será mejor que no se metan ni con los judíos ni tampoco con nosotros la Iglesia, porque somos uno!:
“No ofendan a los judíos ni a los gentiles ni a la iglesia de Dios.” (1 Corintios 10:32 NTV).
¿Por qué sigo amando a Israel? Un último pensamiento, los días que vivimos son días peligrosos, estamos regresando al odio a los judíos. ¿Qué estamos haciendo los cristianos nacidos de nuevo por Israel?:
“Debido a que amo a Sión, no me quedaré quieto. Debido a que mi corazón suspira por Jerusalén, no puedo quedarme callado. No dejaré de orar por ellahasta que su justicia resplandezca como el amanecer Y tu salvación arda Como una antorcha encendida”.
(Isaías 62:1,NTV)
“Oren por la paz de Jerusalén; que todos los que aman a esta ciudad prosperen”.
(Salmo 122:6,NTV)
En Israel hoy, tanto los israelitas como los palestinos, viven. Oremos por ellos, especialmente los Cristianos en ambos pueblos que esperan y anhelan el cumplimiento final de las profecías. Mientras tanto, me viene a la mente, el poema del pastor protestante Martin Niemüller, -aunque él, sí protestó -, por asumir una actitud valiente contra aquella nefasta dictadura, escibió un poema que dice:
Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada.
¡Que mi silencio no sea cómplice cuando vea la injusticia hacia mi prójimo!
Lo siento mucho, no guardaré silencio frente a los enemigos de Israel. Y seguiré dando las razones -aunque nadie me lo pregunte-, sobre: ¿Por qué sigo amando a Israel?
Reverendo Francisco Aular