En el segundo capítulo de Bereshit (Génesis) la Torá nos cuenta en más detalle la creación del hombre y de la mujer. Nos explica que el Creador inicialmente creó al hombre solo, sin la mujer, y luego, en una segunda etapa, creó a la mujer.
Hombre y mujer ¿Quién es superior?
Este orden en la Creación no establece ni sugiere un nivel de superioridad del hombre. En realidad se podría argumentar todo lo contrario.
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Hay otra lección muy importante que se aprende del orden en el cual la mujer fue creada. En Bereshit 2:18-20, el Creador le muestra al hombre los animales. Adam, el primer hombre, es invitado a designar el nombre de los animales y reconocerlos como una categoría diferente del ser. El famoso comentarista bíblico Radaq explica que este encuentro entre Adam y los animales le sirvió al hombre para reconocerse a sí mismo como un ser que, a diferencia de todos los demás, posee un elemento “divino” superior: su espíritu, su inteligencia. Además, si bien el elemento sexual todavía no aparece en este contexto, el “género”, lo masculino y lo femenino, también es reconocido por Adam en los animales al verlos en parejas. Y fue entonces o gracias a esto que Adam se dio cuenta que él estaba solo. La Torá afirma que el hombre no encontró entre los animales una “compañía” (עזר), o sea, alguien más, de un género diferente, pero (כנגדו) “en un nivel similar”, alguien en su mismo nivel mental, con la posibilidad de pensar y elegir. El encuentro con los animales le ayudó a Adam a comprender simultáneamente su singularidad y su soledad. Quizás ésta sea la razón por la cual HaShem no creó a la mujer al mismo tiempo que al hombre. Para que el hombre llegara a darse cuenta por sí mismo, gracias a su inteligencia Divina, que precisa de una compañía y que esa compañía (o compañera) todavía no existe. Y así, aún antes de que la mujer o la sexualidad existiesen, el hombre ya “deseaba” a la mujer.
La mujer no fue impuesta por Dios al hombre. Fue el hombre quien solicitó a HaShem que creara a la mujer. Los rabinos del Midrash expresaron esta profunda idea explicando que después de conocer a los animales Adam rezó (¡esta fue la primera plegaría!) y le pidió a HaShem una compañera a su nivel.
Fuente:halaja.org