La Parashá de la semana pasada termina contándonos acerca de la frustración de Moshé Rabbenu por los pobres resultados de su misión ante el Faraón. Moshé le habló al Faraón en nombre de HaShem para que libere al pueblo judío de la esclavitud. La misión de Moshé, aparentemente, fracasó.… No sólo que el Faraón no liberó a los esclavos hebreos sino que los hizo trabajar más, y ahora, en condiciones inhumanas. Los campos de esclavos se transformaron en campos de concentración, donde el trabajo era una forma de exterminar. Para peor, el pueblo culpa a Moshé de su apremiante situación. HaShem le dice a Moshé que tenga paciencia y que no se desespere. Que el proceso de la redención del pueblo judío va a ocurrir en pequeños pasitos. Y a veces, entre paso y paso, hay un pasito para atrás.
Nuestra Parashá comienza con la reasignación de Moshé como líder del pueblo hebreo. Si observamos detenidamente los pesuqim veremos que ahora la misión de Moshé se describe de una forma mucho mas amplia y elaborada. Hasta ahora el objetivo presentado era liberar a los judíos de su miserable esclavitud. En esta Parasha vemos que este era sólo el primer paso. HaShem le revela a Moshe la continuación del plan divino. En Shemot 6:7 HaShem dice “Los liberaré, los salvaré , los rescataré y los tomaré como Mi pueblo (elegido), y Yo seré su Di-s”. Esta es la primera vez que HaShem revela Su intención final: elegir un pueblo para Él. Y que ese privilegio recaería sobre los descendientes de Abraham, Yitzjaq y Ya’aqob.
Ahora Moshé entiende mejor el plan Divino. Ya no se trata simplemente de “salvar” al pueblo de su inminente exterminio. El pueblo de Israel tiene una misión importantísima, fundamental en el mundo. Transformarse en el pueblo que representa al Creador del mundo y observa Su Voluntad
Hay dos conceptos que se complementan: la hatsalá o salvación del pueblo y la bejirá o la transformación de Israel en el pueblo elegido por Di-s.
Hatsalá en este contexto significa que HaShem salvará y liberará a los esclavos de su cautiverio y los llevará a la tierra de Israel. Pero el objetivo final de esa liberación física es ser elegidos por Di-s. Ser el pueblo elegido no se trata de tener más derechos. Todo lo contrario. Al aceptar la Torá hemos contraído una larga serie de obligaciones que regulan nuestra conducta.
En el proceso de Hatsalá, salvación de Egipto, fuimos pasivos. HaShem es Quien nos rescató y Quien luchó por nosotros. Pero en el proceso de transformarnos en el Pueblo de HaShem seremos Sus socios. HaShem nos entregará la Torá y nosotros nos comprometemos a estudiarla y observarla. En otras palabras, comportarnos como el pueblo elegido de Di-s.
En nuestros días, se podría decir que sucede algo parecido. Hoy tenemos nuevamente nuestro Estado de Israel. HaShem nos ayudó a recuperar nuestra la tierra de Abraham,Isaac y Ya’aqob y a volver a ella. Rescató a los sobrevivientes de la Shoá y nos dio un país en el cual podemos vivir libres de persecuciones. Y aunque la situación de la seguridad en Israel no es óptima, cada día siguen llegando a Israel, por ejemplo, cientos de judíos de Francia escapando del antisemitismo de Europa.
Pero llegar a Israel es solo la primera parte de la ecuación. Es la salvación física.
Ahora queda que Am Israel se comporte como el Pueblo de HaShem. Y una vez que tenemos la Torá, transformarnos en el pueblo de HaShem depende exclusivamente de nosotros.
Baruj haShem somos testigos de que esto está ocurriendo. Am Israel, especialmente nuestros jóvenes, vuelven a sus raíces. Están sedientos de saber y de aprender más sobre el judaísmo. Hoy se estudia Torá mucho más que en cualquier otra época de la historia de nuestro pueblo.
Claro que también hay frustraciones, tropiezos y hasta retrocesos. Pero no olvidemos que los jajamim afirmaron que nuestra redención va a “florecer”. El proceso de florecimiento es imperceptible al ojo humano. Uno puede quedarse horas contemplando una flor que se abre y no va a percibir que la flor se está abriendo. Lo mismo sucede con nuestra redención, lo que depende de haShem y lo que depende de nosotros. Aunque estamos caminando para adelante, a veces los pasos son tan pequeños que no es fácil percibirlos.
SHABBAT SHALOM
Fuente: Halaja.org